sábado, 13 de febrero de 2010

Alcohol...

No me hagas llorar cuando el líquido añadido te hace efecto en tu cabeza...
Eres una persona fantástica, admirable, pero incromprensiblemente adicta..
Salir contigo es estupendo durante un momento del día, pero las casas sin dormitorios hacen que poco a poco tu caracter se vaya volviendo más agrio...primero soy estupenda, simpática, charlatana y graciosa, ¡ay cuánto me quieres! pero luego soy vorde, despectiva e incluso, a veces, una "gorda pelleja"...mis palabras se confunden en tus oidos y siempre digo lo que tú piensas..¿acaso es que no soy lo suficiéntemene inteligente para saber que cuando estás borracho hay que procurar alejarse de tí para no hacernos daño?aunque, a tí el daño al dia siguiente se te ha olvidado y recuerdas un enfado pero sin importancia, pero ¿quién borra mis heridas clavadas en el alma? y dirás, "pues si me emborracho,¿qué haces que no te vas a casa y me dejas tranquilo?" pregunta errónea, porque la respuesta es: intentar ayudarte para que podamos tener una vida normal..
Tus palizas mentales son tan fuertes que hay veces que pienso que sigo a tu lado porque tengo miedo de encontrar a alguien peor...no son suficientes los cuatro besos y diez "te quiero" para que se me olvide todo y sigamos bien hasta...hasta la tarde, porque tú te bastas solo, "has estado 40 años sin mí, puedes estar otros 40"...y yo ¿qué? Lo dejé todo por tí, luche contra viento y marea por estar a tu lado, me enfrenté al cielo y al infierno por estar cada día cerca de tí, pero, ¿de qué me ha servido? Ves difícil que tu adicción por el alcohol se disminuya...¿lo has intentado? yo veo muy oscuro seguir a tu lado porque por más que lo intento los buenos recuerdos se borran con los malos...
Esta noche ha sido por un décimo de lotería sin premiar, por un body milk y porque tu primer amor en este lugar se ha enfadado contigo...pero la culpa es mía, como siempre,¿no? simplemente por demostrar coherencia dentro de tu alcoholismo...
Con los "antecedentes" familiares que has tenido cerca,¿haces lo mismo?
Hoy me has asustado. me has gritado, me has prohibido, me has obligao, me has levantado la mano y me has insultado...todo esto no me había pasado en una misma vez lo que me lleva a pensar que a tu lado corro peligro...
Gritar y llorar a escondidas tras el velo de una novia que macha obligada al altar..así estoy, así me siento...pero llorar no sirve, se me han secado los ojos de inhundar mi cara y duele, duele, duele...
Te tiendo mi ayuda por última vez, juntos podemos lograrlo, pero con miedo no puedo vivir...ni me lo merezo, y aunque te quiero con locura, lo creas o no, no te lo demuestro porque me duele...me asusta acercarme a tí..porque se desgajan las heridas de mi alma...
Olvídame tú porque yo ya no podré...

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Un NO demasiado tardío.


Mis padres me dieron una muy buena educación, y eso que, en el barrio donde vivía, era prácticamente imposible tener educación. Algunos no sabían ni qué significaba esa palabra. Pero ellos (mis padres) dedicaron gran parte de su vida en enseñarme unos valores que algún día eché en falta...
Crecí en una ciudad grande, donde nadie conoce a nadie, donde si te caes al suelo, no se para ni dios a ayudarte para que te levantes, donde la intimidad formaba parte de la vida cotidiana de cada uno... Mi barrio, no sé si es mejor dejarlo a parte, pues las drogas y delincuencia acabaron con la inocencia de muchos niños y con la vida de muchos "mayores".
Procuré siempre estar alejada de todo eso, y no es que mis padres andaran muy sobrados de dinero, pero eran honrados, y eso me lo transmitieron antes de estar en el vientre de mi madre. Mis amistades eran como yo, personas sencillas, sin ganas de peleas ni de saltarse las leyes, pero eso era cuando teníamos 8,9 ó 10 años, para entonces nuestros ojos de niños inocentes habían visto demasiadas cosas.
A partir de los 14 años, nuestras vidas dieron un giro de tres pares de narices. El que no se enganchó a la heroína, se metía algún que otro tiro de cocaína cada vez que pisaba la calle, y el que no hacía ni una ni otra cosa, andaba despistado en busca de un camello que le pasara algo de hierba o de chocolate.
Yo fui "la más tardía" en el grupo de amigos que se enganchó. Sí, lo reconozco, fuí adicta a las drogas. Pero a pesar de empezar más tarde, empecé por todo lo alto.
Los porros formaban parte de mi "dieta" diaria, la cocaína era mi modo de vida, pero esque el caballo (la heroína)... era mi mejor amigo...
Al principio, no era tanta cantidad, pero poco es suficiente. Me fumaba algún porro un fin de semana, o me esnifaba una raya de cocaína, pero no llegaba a "perder la cabeza" con esas cosas. Mi mundo estaba más bien involucrado con los libros. Me gustaba leer, aprender, en el instituto era una eminencia, sacaba muy buenas notas y los profesores me tenían bastante aprecio, pero todo eso se fue a la mierda por mi mala cabeza, por no saber decir que no en su momento.
Me fijé en un chico 4 o 5 años mayor que yo. Él era diferente, silencioso, calmado...Se había venido a vivir al barrio y siempre estaba rodeado de gente. Yo le veía simpático con todos, siempre que veía a alguien se chocaban las manos y sonreían.
Yo nunca me atrevía a decirle nada, pues era muy vergonzosa y no quería que pensara que era una cría estúpida. Pero fue él quien se acercó a mí.
Una noche, cuando saqué al perro a pasear, se acercó a mí preguntándome si había visto al "mendrugo". (El "mendrugo" era un chico de mi barrio de unos 20 años de edad, que murió por una sobredosis) Le dije que no, que acababa de salir a la calle, entonces empezó a caminar a mi lado porque decía que por la noche las chicas guapas deben estar en sus casas ya que ese barrio era muy peligroso. Yo sonreía como tonta, él solo me decía lo que mis oidos querían escuchar, pero yo no lo veía.
Todas las noches, a la misma hora me esperaba en mi portal para acompañarme a pasear a Chato, mi perro. Y una de esas noches, me ofreció unas caladas de un porro de chocolate que se estaba fumando. Yo, por hacerme la interesante, no dudé ni un instante en darle esas caladas.
Así cada noche de los viernes. Poco a poco también iban entrando los lunes, los miércoles...hasta acabar con toda la semana.
Cuando vió que ya fumaba por necesidad, me dijo que él podía venderme para que no tuviera que esperar a la noche. Él se dedicaba a vender hierba, hachís, cocaína...
Yo no estaba trabajando, así que le pedía dinero a mis padres para libros, fotocopias y lo que se me fuera ocurriendo...
Al tiempo, un sábado me invitó a salir. Mis padres no me dejaban llegar tarde a casa, así que les dije que me quedaba en casa de una amiga. Comencé a mentirles.
Esa noche, nos fuimos de discotecas, de pubs, siempre buscando a gente que le llamaban para que les vendiera algo. Me ofreció una raya de cocaína. AL principio me dio mucho miedo porque había oido que se te va la cabeza, pero él me convenció. Empezó a besarme para que la consumiera, y lo consiguió. Fue una sensación diferente, me sentía más fuerte, despierta, viva, pero conforme el efecto se iba pasando, quería más, y él me la suministraba.
Así un sábado, otro, otro...mis padres ya no se creían nada, me veían cambiada, mis notas habían bajado considerablemente, los profesores llamaban a casa preguntando el por qué no iba a clase... Pero yo pasaba de todo, todo me daba igual, yo solo quería estar con mi chico y con mis drogas. SI mis amigos lo hacían, ¿`por qué yo no? mis amigos seguían vivos, buscaron trabajo y con lo qe ganaban compraban coca o heroína.
Yo hice lo mismo, me busqué un trabajo, ganaba pasta, pero conforme la ganaba, me la gastaba.
Perdí muchísimos kilos. Yo siempre había sido una chica bastante rellenita, pero la cocaína me quitaba el hambre, y adelgazaba, y eso me gustaba.
LLegó el momento en el que me pillaron robando dinero del trabajo, por lo que me echaron. Mi supuesto novio me decía que sin dinero, no había farlopa...Me dio una opción, me convirtió en su exclava sexual a cambio de un par de tiros.
A mí me gustaba él, por lo que no me importó.
Le llegué a robar dinero a mis padres, todos los meses no llegábamos a final de mes. Mi madre no trabajaba y lo que mi padre cobraba era una miseria. Pero a mi eso no me importaba ni lo más mínimo.
A mi chico ya no le bastaba con que yo me dejara hacer todo lo que él quisiera, sino que también tenía que mantener contentos a sus amigos, y con contentos me refiero a que me tenía que dejar follar y manusear por todos.
Yo no veía más allá de la cocaína, lo que hicieran conmigo me daba igual si con ello conseguía lo que quería, drogarme.
Más de un aviso me dio la coca. Más de una vez me han tenido que llevar al hospital porque mi nariz no dejaba de sangrar o porque perdía el conocimiento.
Mis padres se enteraron de todo, y yo siempre les decía "no lo volveré a hacer", pero eso era al principio, luego volvía a las andadas.
La última vez que fui al hospital, el médico me dijo que estaba a punto de perder el tabique nasal por culpa de la cocaína, y eso me asustó bastante.
Mis padres, se abandonaron, no comían, no dormían, siempre estaban preocupados por mí. Ambos murieron, uno detrás del otro. Puedo decir, que yo les maté a disgustos.
En su momento, no quise ni verlo, estaba tan enganchada que ni me preocupé.
Con lo del tabique nasal, dejé de consumir cocaína para pasarme a la heroína. Solo tenía que pinchármela, así que mi nariz no sufriría más las consecuencias.
Sola, sin dinero, sin nadie que me quisiera, vi morir a casi todos mis amigos, la enfermedad, la sobredosis.
Tratada por una puta, por aquel que creí que me quería, recobré un poco la conciencia para dejar de ser una puta de un don nadie, para convertirme en una ladrona de gente inocente. Esperaba a que anocheciera para robar dinero a quien pasase por mi lado. La cosa salía bien, conseguía lo que me proponía, pero jodía a quien no tenía culpa de nada.
Todo estaba por esperar. UNa noche, fui a robarle a punta de navaja a un hombre que estaba sacando dinero de un cajero auntomático, le puse la punta de la navaja en la espalda y le exigí que me lo diera todo.
Resulta ser, que el hombre estaba más ágil y fuerte que yo, y por supuesto, era más inteligente, así que sin darme cuenta, se dio la vuelta y me clavó mi propia navaja.
No morí, si lo hubiera hecho no estaría ahora aquí, pero sí que me hirió en el abdomen.
Me trasladaron de nuevo al hospital, a veces pienso que tenía que haberme sacado algún bono de visitas o algo. Allí descubrieron que tenía SIDA, es decir, que me moría.
Ahora me arrepiento de todo eso, y aquí me veo, pagando las consecuencias de mi falta de cabeza. Metida entre rejas cuento como pasan los dias, las horas que me quedan...
Lo cierto es que ya no tengo ese mono de drogarme que antes tenía, pero no creais que es algo bueno, pues si yo hubiera seguido por el buen camino, ni mis padres estarían muertos, ni yo estaría aquí muriéndome...todo por no decir NO con tiempo....

domingo, 1 de noviembre de 2009

Quédate conmigo...


Ya a puras penas recordarás quien soy, aunque si hay algo que bien te caracteriza, es tu buena memoria, a parte de muchas otras cosas...
Soy aquella a la que veías cada mañana y con una sonrisa tempranera decías "Buenos días", esperabas la respuesta y con un guiño de ojo abrías la puerta, me dabas paso y después te dirigías a tu puesto de trabajo.
Soy aquella a la que llamabas "mía", no por celos ni por posesión, sino por el simple hecho de sentirla más cerca y de paso... yo me sentía cada vez más cerca de tí.
Mantenías las distancias con todos, te hacías respetar, pero yo era...para tí especial y eso se percibía en el ambiente.
¿Cuánto tiempo ha pasado ya? 4, 5 años, ¿o quizá más? no lo sé, no quiero pensarlo, prefiero creer que todo fue un sueño, pero no un sueño cualquiera, sino el más especial de todos, pero ahora que pienso, cada día que pasa te echo más de menos..
¡Qué raro fue todo! EL primer día que cruzaste por la puerta de clase llamaste la atención de todo el mundo, sobre todo la de las chicas, tan decidido, tan sereno, tan..atractivo...
Te deseé cada noche, te busqué en cada rincón de mis sueños, y te encontraba, siempre terminábamos abrazados, desnudos, jadeantes, sudorosos, tu actitud conmigo me daba a ver que podría ser correspondida perfectamente...por eso te encontraba..
Nunca antes, cuando había conocido a algún chico, había sido todo tan intento...tan bueno...tan perfecto, per tú eras diferente al resto de la gente.
Pero ya sabemos, la vida tiene preparada para cada uno su camino, y el nuestro, desde un primer momento, se sabía que no era el de estar juntos para siempre.
Ahora se me vienen a la cabeza un montón de cosas, sobre todo, de aquella excursión a Benidorm, ¿Te acuerdas? ahí fue donde empezó todo...
EL primer dia, nada más llegas, mis amigas y yo soltamos las maletas en la habitación del hotel, nos enfundamos los bikinis, cogimos las toallas, cremas y demás y nos bajamos a la playa. Cuando llegamos a ella, nos quitamos la ropa y nos tumbamos en nuestras toallas. No tardamos en meternos en el agua, el calor era insoportable, pero tan pronto me metí, como me salí a tomar el sol. Noté que alguien me observaba, pero no veía a nadie que me estuviese mirando hasta que en uno de los giros de mi cabeza te allé a unos metros de mí, callado, fumando un cigarrillo mientras tus ojos me recorrían entera, sentí como si me estuvieras desnudando..
Te acercaste para colocar tu toalla al lado de la mía, no había nada de malo, a parte de que tú fueras mi pofesor en el instituto, también éramos como amigos, e hiciste lo más normal del mundo, pero a mí eso me puso mu nerviosa.
Pasamos toda la mañana hablando y ya en el medio día, mis amigas dijeron de irse a tomar unas cervezas, yo preferí quedarme en la playa y tú, te quedaste conmigo.
De vez en cuando nuestras manos se rozaban, cosa que hacía que mi corazón se acelerara.
Me preguntaste que si tenía hambre, y al recibir mi respuesta, cogiste tu camiseta, te la pusiste y te fuiste, momento que aprovechó un muchacho que andaba por allí, para acercarse a mí.
Cuando llegaste y viste al chico, le dijiste que yo era tu novia y que no tenía nada que hacer, entonces se levantó y se fué. Yo me quedé boquiabierta...¿tu novia? creí que te habías vuelto loco.
Traías comida. Una fuente de pescaito frito, una ensalada, refrescos, agua y unos flanes de postre.
Quise pagarte la mitad de todo, pero insististe en invitarme, y acepté, pero con la condición de que la cena de la noche la ponía yo.
Recuerdo ese dúa cada vez que parpadeo pues fuiste el único hombre que me empezó a tratar como una verdadera mujer.
Comimos y pasamos la tarde tumbados el uno junto al otro, con la charla, con la sonrisa, clavados el uno junto al otro.
A la noche, como mis amigs iban a salir con unos chicos que habían conocido, pensé que mejor sería que cenáramos en casa y así evitábamos que nos vieran otros profesores o algún que otro alumno indiscreto. Preparé algo de cenar (en realidad lo único que hice fue el postre ya que el resto lo pedí por teléfono). LLegaste a buscarme antes de lo que yo esperaba, por lo que me pillaste sin arreglar.
Estabas muy guapo, tan arreglado, tan elegante...Me regalaste una rosa blanca que coloqué encima de la mesa con agua.
Esperaste en el salón mientras me vestía, mis amigas me habían preparado un vestido negro, largo, descubierto por la espalda, con un escote enorme y unos zapatos con unos taconazos de infarto que no se veían gracias a que el vestido los tapaba.
Al verme, tu boca se abrió, pegaste tu mano derecha al corazón y me dijiste " Ahora sé lo que es que te duela el corazón. Estás tan bonita que deslumbras a la luz" Me sonrojé y me puse tan nerviosa, que no "atinaba" ni a encender las velas.
Puse la mesa, estuvimos cenando, hablamos de nosotros, de relaciones, de sexo... supongo que el vino se nos subió a la cabeza antes de tiempo.
Al llegas la hora del postre, me levanté y me llevé los platos a la cocina. Saqué el cava del hielo y las fresas de la nevera. Me detuve un momento a suspirar cuando noté unas manos que me abrazaban por la cintura y unos besos en mi cuello.. Si te soy sincera, me asusté, no creía que te fueses a lanzar por mi edad y por nuestra situación..tú mi profesor, yo tu alumna.
Me dejé llevar, yo quería fundirme contigo, ser un solo ser, aunque sabía que no llegaríamos a ninguna parte, este tipo de relaciones, tarde o temprano se acaban descubriendo y eso sería perjudicial para los dos.
Al final no llegamos a hacer el amor, la cosa quedó en muchos besos...los besos más tiernos que jamás he recibido...aún los saboreo.
Esa noche la pasé en vela, no podía dejar de pensar en tus besos y en el por qué no me hiciste tuya. Más tarde me enteré de que no querías que yo hiciera algo sin pensarlo bien.
Al dia siguiente fuimos todo el mundo al parque de atracciones, era lo que el programa de la excursión decía, y había que cumplirlo. La verdad es que lo pasé genial montando con mis amigas en todas partes, pero sin duda, la atracción que más me gustó, a la par que atemorizó fue la casa del terror. Mientras caminábamos por los laberintos oscuros noté que unas manos cogían las mías y me arrastraban hacia un rincón...Eras tú...me besaste, te correspondí, me derretía..
Sí, se que me reprocahrás que salí corriendo, pero ¿qué podía hacer? me dijiste que te estabas enamorando de mí, una cosa era la atracción sexual que sentíamos, y otra el amor.
Yo tenía 15 años cuando te conocí, tú 10 más, cuando pasó todo esto yo tenía 17. Esos dos años anteriores fueron estupendos, éramos excelentes amigos, ¡cuánta confianza teníamos el uno sobre el otro! nos lo contábamos todo, me aconsejabas cuando mi cabeza estaba confusa con temas amorosos, sabíamos que nos atraíamos, pero jamás imaginé que de verdad podía pasar algo entre nosotros. En mis sueños sí, ¿pero en la realidad? Lo siento, me daba miedo toda la situación y aunque en un año cumpliría la mayoría de edad, no podía permitir que sobre tí callera todo el peso y no era realmente justo.
Pasaron los días de la excursión, yo me escondía de tí porque pensé que sería lo mejor, si no nos veíamos, no caeríamos en la tentación, pero ¡estúpida de mí! no me dí cuenta de que el no verte era inevitable ¡tenías que darme clase!
En el instituto, te notaba distrído, no actuabas como siempre, buscabas mis ojos, pero yo no quería dártelos.
Un día, le pedí permiso para ir al baño al profesor de historia, tú estabas de guardia recorriendo los pasillos, pero yo no lo sabía. ¡Qué sorpresa la mía cuando te vi caminando de frente a mí! El pasillo se me hizo estrecho. Agaché la cabeza e intenté pasar por tu lado sin mirarte, pero mis manos nerviosas rozaron las tuyas al cruzarnos.
Volví a correr. Me encerré en el baño. Cuando abrí la puerta para salir, allí estabas tú, esperándome, me dijiste que era mejor que hablásemos, que te estabas muriendo sin mí. Te supliqué que me dejaras ir, que no podíamos iniciar una relación en esos momentos porque en el caso de que alguien nos descubriera, su vida se destrozaría, estaría marcado para siempre. Te daba igual, en verdad, nunca te había importado si alguien nos veía juntos o no, a parte de ser un excelente profesor, nunca escondías lo que sentías.
No pude más, tuve que besarte, lo necesitaba y por lo que noté, tú también.
Sonó el timbre de cambio de clase e hicimos como si estuviésemos hablando de algún tema del instituto para no levantar sospechas.
Cada día que pasaba nuestros encuentros se hacían cada vez más eróticos, pero nunca nos daba tiempo a hacer el amor, siempre había algo o alguien que nos interrumpía.
La gente empezaba a hablar, siempre que terminabas de dar clase, me llamabas para que me acercase a tu mesa y susurrándome decías " te quiero", y yo te respondía con lo mismo.
¿Te acuerdas de la primera vez que pudimos hacer el amor? fue en tu despacho. Me porté mal a caso hecho en una clase para que me echaran de ella y así ir a buscarte.
LLamé a tu pueta y entré. No esperabas a que quien llamara fuese yo. Te levantaste, miraste fuera, cerraste la puerta y empezamos a besarnos... Tiraste todos los papeles que había sobre tu mesa y me tumbaste en ella...¡madre mía! no es que yo anterior a tí hubiese practicado mucho sexo con otra persona, pero contigo fue alucinante. Supongo que todo eso lo trajo las ganas, el deseo, el morbo... pero siempre que pienso en aquella vez mi cuerpo se estremece.
Pasamos todo lo que quedaba de curso escondiéndonos para fundirnos cuerpo con cuerpo, por las tardes era muy difícil que nos viésemos a solas ya que yo tenía que trabajar y tú o tenías reuniones o tenías exámenes que corregir y cosas así.
Cuando terminó el curso, planeamos irnos de vacaciones. Yo ya había cumplido los 18 años, tú ya no eras mi profesor, y si nos veía algún conocido, no teníamos nada que esconder.
Aquel verano fue maravilloso. Estuvimos en la playa, luego en la montaña, hicimos turismo por ciudades desconocidas...
Pero el verano pasa muy rápido y yo tenía malas noticias para los dos. Tenía que seguir estudiando, era lo que quería, por eso trabajaba por las tardes, para poder pagarme la universidad, el tema estaba en que iba a estudiar en una universidad de Escocia, así perfeccionaría mi inglés y no me sería tan difícil aprobar todos los cursos.
No te hizo mucha gracia aquello y menos cuando te dije que sería mejor que la cosa quedara así, las relaciones a distancias son muy difíciles de llevar, y ambos teníamos que estar plenamente concentrados en nuestras tareas.
Dijiste que me ibas a esperar el tiempo que hiciera falta pero te dije que rehicieras tu vida, que encontrases a una chica que te quisiera, que tuvieses hijos, que fueses feliz, yo iba a estar mas de 4 años fuera y eso es demasiado tiempo.
En Escocia conocí a muchas personas, sobre todo chicos, de España, Italia, Alemania...y aunque tuve algunos idílios, por ninguno llegué a sentir nada. Podía tener encuentros más o menos fuertes, pero ninguno tan intenso como los que viví contigo.
Perdí el contacto contigo meses después de aquello, te añoraba, pero supuse que habías conocido a alguien y que te habías olvidado de mí.
Cuando volví a España, ya me había convertido en toda una mujer, aunque tú me hiciste creer que ya lo era, pero todos aquellos años en Escocia me fueron enseñando muchas cosas que apenas conocía.
Algunas de mis amigas se habían casado, otras estaban viviendo con el novio porque se quedaron embarazadas, otras se habían sacado la carrera y estaban trabajando, pero todas tenían algo en común, encontraron el amor verdadero y convivían con él. Yo, sin embargo, vagaba en busca de él, pero mi tiempo ya pasó.
Al mes de regresar, no pude aguantar más y fui al instituto en busca tuya. Me dijeron que no estabas allí ya, que al pasar el verano de hacía casi 5 años, habías tenido un accidente de coche camino al aeropuerto... No me detuve a escuchar más. Salí corriendo, llorando a lágrima viva dirección a tu casa, no podía creérmelo ¿ibas en busca mía? ¿fuiste capaz de abandonarlo todo por mí?
LLamé a tu puerta como loca, esperando a que me abrieras la puerta y descubrir que todo había sido una broma de mal gusto, pero no fue así, una mujer morena, algo mayor que yo abrió, le pregunté por tí sin reparar en quién era ella y me dijo que pasara.
Era tu hermana. Me contó que ella sabía todo lo nuestro desde un principio. Dijo que nunca antes te había visto tan feliz, tan enamorado, por eso te animó a que fueras a buscarme y sin dudarlo, lo hiciste.
Yo no podía parar de llorar, por mi culpa te había pasado todo esto, ¿por qué no dejé de verte antes de que pasase todo esto? ¿porque tuvimos que enamorarnos? ¿no podíamos haber seguido con la amistad y la cofianza?
Tu hermana me dijo que en ese momento se iba para el hospital, que solo había ido a tu casa en busca de algunas cosas tuyas. ¿Cómo? ¿al hospital? Resulta ser que no habías muerto, sino que estabas en coma...
Y ya es todo hasta aquí, nuestra historia, nuestros deseos y sentimientos contados con palabras.
Ahora estoy esperando a que despiertes, llevo más o menos una semana sentada a tu lado, cogida de tu mano, queriendo cambiar mi vida por la tuya. Los médicos dicen que, desde que llegué, están más optimistas con tu recuperación, tu cerebro va respondiendo a mis palabras, de vez en cuando tus impulsos nerviosos hacen que aprietes mi mano, y tu corazón late tan fuerte que retumba en toda la habitación...
Ya me quedaré contigo, ya nada puede impedir que estemos juntos, yo te abandoné una vez y he vuelto, no me abandones tú ahora, quédate conmigo, mi vida, quédate conmigo...



FIN

Bienvenidos

Muy buenas a todos.
He creado este blog, para la gente que le gusta las historias (reales o ficticias), o simplemente para las personas que quieran leer una historia que sea similar a algo que le está pasando y quiera conocer el final...o el principio.
Espero toda vuestra colaboración, porque esta página la vamos a crear entre todos ya que, quien quiera, puede mandarme un correo electrónico con su historia y yo la publicaré. Si alguien no se atreve a escribir pero tiene alguna idea, os animo a mandarme vuestras ideas y yo la haré para todos.
No necesariamente hace falta que expreseis vuestras vivencias personales, sino que también podeis enviar relatos inventados por vosotros mismos.
Un saludo a todos y espero que os guste